6 feb 2018

Teoría de la relatividad II

En el enlace que puse en una entrada anterior ponía entre otras cosas :
Supongamos que un tren pasa a nuestro lado a 20 kilómetros por hora y que un niño tira desde el tren una pelota a 20 kilómetros por hora en la dirección del movimiento del tren. Para el niño, que se mueve junto con el tren, la pelota se mueve a 20 kilómetros por hora. Pero para nosotros, el movimiento del tren y el de la pelota se suman, de modo que la pelota se moverá a la velocidad de 40 kilómetros por hora.

Exactamente es lo que pasa en la vida real.
Con 20 años tu estás subido al tren y te sobran horas del día: 8 durmiendo, 8 trabajando o unas cuantas de clase, el que estudia, y... hay mas de 8 que son las de "campo y playa", fiesta,fiesta y fiesta y puro aburrimiento. 
Aquí metemos las horas que pasas pensando en ese que no te mira , en el pelo tan corto que te han dejado en la pelu , en el grano que todo el mundo ve a ver a pesar de estar debajo de la oreja derecha, si,si esa oreja  que nadie ve; en ¿qué hagooooo? , joooo me aburro... 
Cuatro o cinco de las ocho horas son las del sofá con cara de pena-desgana y contemplación de la existencia.

Con 20 años nunca entiendes como a  tu madre le falta tiempo. La explicación es lógica, está en el andén viendo pasar tu tren y se le suman las velocidades.

La velocidad con que pasan las horas , la velocidad con que pasa tu  vida, y la suya ,y el tiempo de descuento, que empieza a ver acercarse, para hacer todo lo que no ha hecho en los cincuenta y tantos que ya han pasado.

¿Podemos volver a subirnos al tren y volver a mirar la vida a esa velocidad?
Este es un pensamiento que me da vueltas últimamente alrededor de la cabeza y que no debería estar ahí porque como se me acerque demasiado lo cazo y a lo mejor me subo al tren.

En este momento estoy tomando un café con un trozo de bizcocho mientras ,sin agobiarme, estoy pensando en el trabajo que tengo que hacer y que tiene fecha de entrega. Sin agobiarme porque este 2018 lo empecé sin propósitos y veo que en el fondo de mi corazón el propósito del año es disfrutar del café






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